Nuestras granjas de perlas

Perla cultivada tahitiana: nacida en Tahití, hogar en el mundo ...

Es una de las granjas de perlas propias de TAHITI PEARL MARKET que comenzamos a comprender el trabajo necesario para cultivar perlas de Tahití. Ubicada en el atolón de Ahe, la granja Motu Tahiri Pearl emplea alrededor de personas 40. Originalmente, Motu Tahiri era el nombre de la isla en la que se encuentra la granja de perlas. En tahitiano su nombre significa la isla azotada por el viento. No hay coches ni carreteras. 

 

Debido al aislamiento de la isla, una pequeña unidad de energía ubicada en la granja es responsable de generar la electricidad necesaria para operar la granja de perlas. No hay fuente de agua en la isla, por lo que es esencial mantener un agua potable embotellada. La granja de perlas recibe suministros de alimentos y agua potable en buques de carga cada dos semanas.

En Motu Tahiri, se ha creado una comunidad entera con una aldea: una pequeña tienda, una cocina compartida, un espacio de recreación. El pueblo ha sido creado para ser autosuficiente entre los pasos de los buques de carga.

 

Desde 4 am, las centrales eléctricas suministran la granja de perlas y el trabajo comienza tan pronto como sale el sol. Debido a que la ostra perl no puede soportar bien el calor, es mejor trabajar con ellos cuando el sol todavía está bajo en el cielo y por un tiempo máximo de 20 por vez. Cada mes, las ostras se sacan del agua para limpiarlas de algas y parásitos en preparación para los procesos de injerto o cosecha.

En el agua hay tres barcos que navegan entre la isla y las granjas de perlas, hay 2 o 3 buzos por barco que bucean para recoger las ostras perladas que se encuentran a una profundidad de metros 20. Aunque las corrientes de la laguna son en su mayor parte tranquilas, no es raro encontrar una diversidad de vida marina: peces de varios colores y formas, tortugas, mantarrayas y el guardián silencioso de las profundidades, los tiburones. Aunque estos tiburones rara vez son agresivos, los buceadores siguen atentos.

En la granja de perlas, hay varios equipos: los buceadores, que se encargan de transportar la ostra a las estaciones de trabajo y varios equipos encargados de la limpieza, preparan las ostras para el injerto y el injerto real de las ostras perlíferas. El taller retiene un olor a algas que nos recuerda a la laguna a solo unos metros de distancia. Alrededor de 10, las personas trabajan en la limpieza de las ostras, porque en solo dos semanas, las algas y los moluscos han cubierto la superficie de las ostras perlíferas.